Sanidad, instalaciones, control ambiental, bioseguridad, manejo (del ganado porcino y del personal) y un largo etcétera de aspectos son los que afectan a la productividad de las granjas porcinas.
En este artículo, exploraremos esta amplia gama de factores que influyen en la productividad y, por ende, en la rentabilidad de las granjas porcinas. Además, analizaremos detalladamente la situación actual del sector porcino en España.
Según datos publicados por Interporc, el sector porcino es un sector clave para el producto interior bruto en España. Es el primer productor de la Unión Europea y el tercero a nivel mundial.
La carne y los productos del cerdo español están presentes en más de 130 países de todo el mundo. El sector porcino español es el segundo en el ranking mundial de exportadores, solamente superado por Estados Unidos. Unos datos que lo consolidan como el mayor sector exportador dentro del ámbito agroalimentario.
Actualmente, tener un buen estatus sanitario en las granjas es fundamental para permitir que el ganado porcino alcance su máximo potencial y lo haga de una manera rentable.
El ganado porcino está expuesto a un gran número de patógenos que provocan pérdidas económicas, más o menos graves, al ganadero.
Por un lado, es necesario ser proactivo y centrarse en la prevención mediante la puesta en marcha de un programa sanitario eficaz. Debe ser un programa que englobe aspectos tan relevantes como bioseguridad, vacunación, nutrición, instalaciones, condiciones ambientales y manejo de los animales. Todos ellos están en las manos de ganaderos y veterinarios.
Por otro lado, está toda la parte relacionada con la producción: evitar ineficiencias reproductivas para mejorar la tasa de partos y la prolificidad, una estructura censal óptima, realizar un mantenimiento adecuado de las instalaciones para minimizar las pérdidas de pienso (el principal coste en los cebaderos), etc.
Lograr la estabilidad sanitaria en una granja porcina es el hito de cualquier ganadero y veterinario. Para ello, es imprescindible trabajar en la prevención, teniendo en cuenta varios aspectos clave:
Un trabajo que se debe realizar desde un enfoque holístico.
Aun así, debemos ser conscientes que es prácticamente imposible lograr el 100 % de ausencia de patógenos y, por lo tanto, tenemos que convivir con ellos tratando de:
¿Cómo se puede estabilizar una granja? Con la infección de todos los animales y/o con la ayuda de las vacunas. En ambos casos se generan defensas y eso permite lograr una inmunidad uniforme en la mayoría de los animales.
Pero también hay otros mecanismos que nos ayudan a:
La vacunación es una herramienta esencial para el manejo de la sanidad en el ganado porcino: aumenta la resistencia a las infecciones y mejora la inmunidad del rebaño.
Una vacuna es “cualquier preparación destinada a generar inmunidad contra una enfermedad estimulando la producción de anticuerpos” (Organización Mundial de la Salud).
Las vacunas porcinas estimulan la inmunidad activa de los cerdos y, por lo tanto, contribuyen a protegerles frente a enfermedades futuras. Su coste es inferior al tratamiento y a las pérdidas económicas que suponen los brotes de ciertas enfermedades.
Las principales enfermedades del ganado porcino provocadas por agentes patógenos (principalmente virus y bacterias) en las granjas se pueden clasificar en los siguientes grupos (en función de la sintomatología principal):
Las zoonosis son enfermedades que pueden pasar de los animales a los humanos. Varias de las enfermedades presentes en los cerdos son zoonosis. Algunas de ellas son la gripe porcina, salmonelosis, triquinosis, meningitis estreptocócicas, erisipela, etc.
Algunas de estas enfermedades se transmiten a través del consumo de carne, mientras que otras se transmiten al tener contacto directo con ellas. Es importante conocerlas y saber cómo evitarlas.
Es necesario mantener las instalaciones en buenas condiciones y realizar las inversiones necesarias para un mantenimiento constante que nos permita hacer un buen uso de las mismas para maximizar su rentabilidad.
Las instalaciones exteriores se consideran una infraestructura sanitaria porque son la primera barrera de bioseguridad. Para ello, además del vallado perimetral, imprescindible a nivel legal, y tener siempre la puerta de acceso cerrada, el acceso debe efectuarse a través de un vado sanitario.
Además, cualquier persona que quiera acceder a la granja deberá hacerlo después de pasar por el vestuario, donde es obligatorio que se duche y se ponga ropa y calzado exclusivo de la granja.
En el interior, las instalaciones para el ganado porcino deben cumplir con la normativa vigente en bienestar animal: materiales, diseño, suelos, juguetes, espacio por animal, número de comederos y bebederos, etc.
El objetivo de la ventilación en las granjas porcinas es lograr una buena calidad del aire, eliminando los gases nocivos y manteniendo la humedad relativa dentro de márgenes aceptables, pero evitando las corrientes de aire a nivel de los lechones y manteniendo la temperatura ideal sin comprometer la ventilación mínima.
La ventilación no es un tema sencillo, y un mal manejo de esta puede desencadenar problemas respiratorios importantes.
Contar con un buen plan de bioseguridad es fundamental ya que su falta o su incumplimiento, por leve que sea, puede conllevar elevadas consecuencias económicas si supone la entrada de un patógeno a la granja.
El objetivo principal de contar con un plan de bioseguridad en granjas porcinas no es otro que evitar:
Como hemos visto anteriormente, cualquier patógeno que entre en una granja conlleva frecuentemente pérdidas económicas, más o menos graves, en función de su casuística: altas mortalidades en lechones, problemas reproductivos por abortos o baja fertilidad, retrasos en el crecimiento debidos a enfermedades digestivas o respiratorias, incremento de los gastos en medicación…
Gracias a estos planes de bioseguridad, las instalaciones de las granjas porcinas tienden a segregar grupos de edad, permiten la limpieza y desinfección entre los lotes de producción (no solamente de las instalaciones sino también de todo el material que se usa en ellas) y reducen el riesgo de introducción de enfermedades a través de estrictas medidas de bioseguridad (entre las que también se encuentra el control de plagas gracias a los tratamientos de Desinfección-Desinsectación-Desratización), lo cual minimiza el riesgo de introducción de enfermedades.
Los aspectos más básicos y fundamentales a tener en cuenta a la hora de mejorar la bioseguridad y el manejo en las granjas están recogidos en el plan de 20 puntos de Madec.
Un buen manejo de los cerdos es la clave para alcanzar una productividad óptima.
Los trabajadores son el pilar fundamental para que las granjas funcionen y que el manejo sea el adecuado para minimizar el estrés porcino. Para una buena gestión del equipo es importante mantener la motivación de todos los trabajadores y ofrecerles formación continuada.
En situaciones de recirculaciones de PRRS recurrentes, el manejo en bandas mayor a 1 semana se ha convertido en una medida de manejo más para intentar lograr la estabilidad sanitaria dentro de la granja y, en consecuencia, reducir los gastos económicos derivados de las enfermedades.
Además, el manejo en bandas es un sistema clave para estructurar las granjas en cuanto a:
Con este simulador de manejo en bandas, y junto a tu veterinario, podéis analizar qué sistema es el que encaja mejor en tu caso.
La base para lograr una sanidad estable es tener una buena estructura censal, es decir, contar con el máximo número de cerdas entre 2º-5º parto (las más productivas y eficientes), así como tener una entrada de nulíparas estandarizada. Además, debe contar con una reposición del 40-50 % anual.
Trabajar con un manejo en bandas facilita tener constancia en el número de cubriciones, un hecho fundamental para tener un flujo regular de lechones destetados. La recela y una correcta estimulación de la cerda son clave para optimizar su ciclo reproductivo y maximizar el número de partos/año.
Las primerizas o futuras reproductoras son la base del sistema y una adaptación adecuada va a tener efectos sobre la productividad y el manejo de la granja. Su entrada en producción debe estar estandarizada para no alterar la estructura censal. Para ello, se necesita una buena aclimatación de las cerdas de reemplazo.
La exposición de las cerdas primerizas a los agentes infecciosos presentes en la granja para evitar que se infecten al entrar en gestación es uno de los manejos más relevantes. Un buen programa de adaptación y el diseño de un plan vacunal por un veterinario en función de las necesidades y problemáticas sanitarias de la granja son esenciales para asegurar la inmunización de las cerdas de reposición. Todos estos procedimientos deben manejarse bajo la recomendación del veterinario y siempre respetando la legislación vigente.
Un buen manejo del lechón en sus primeros días de vida es esencial para un buen comienzo. El mayor porcentaje de la mortalidad en lactación ocurren los primeros días de vida.
Algunos de los puntos clave para evitarlo son:
Además, hoy en día que a menudo nacen más lechones que mamás útiles disponibles, técnicas como el cross fostering o adopción cruzada, pueden ayudar a asegurar una buena lactación de los lechones.
Otras técnicas como el creep feeding, pueden ayudar a tener un buen arranque en la fase de destete. Los lechones que consumen pienso durante la fase de lactación comerán más posdestete. Además, permite "entrenar" al tracto digestivo para producir enzimas y hacer frente a los cambios del destete.
El destete en cerdos es la fase más crítica. De forma repentina, los hábitos del lechón lactante son trastornados totalmente, lo que representa mucho estrés.
Un manejo incorrecto del destete supone un empeoramiento de la ganancia media diaria y del índice de conversión.
Para reducir las consecuencias de la inmunodepresión causada por el estrés, es importante minimizar la exposición a patógenos con buenos programas de bioseguridad y vacunación.
Incentivar el consumo de agua y pienso lo antes posible, es otro de los primeros retos en esta fase.
La fase de cebo tiene un fuerte impacto económico en la rentabilidad de la producción ya que, por ejemplo, el pienso puede llegar a suponer hasta más de un 80 % del coste de esta fase. Por otro lado, la calidad del lechón desempeña un papel muy importante en la rentabilidad de esta fase porque si el animal no arranca en condiciones óptimas nunca será capaz de desarrollar todo su potencial genético.
En los cerdos de engorde es importante realizar una serie de manejos diarios entre los que destacan los relacionados con:
Además, en el buen manejo de cerdos de engorde incluye también la bioseguridad (externa e interna), un estricto TDTF y un excelente protocolo de limpieza y desinfección entre lotes.
El estrés porcino tiene consecuencias sobre el producto final porque puede afectar a las propiedades de la carne. La carne se vuelve pálida, blanda y exudativa (lo que se conoce como carnes PSE) y provoca un rechazo por parte del consumidor.
Se produce sobre todo cuando este estrés se presenta en el momento previo al sacrificio.
El sector porcino vive una evolución constante y estar al día de las noticias es imprescindible para ser un buen profesional. Tener la capacidad de anticiparse a los cambios es clave y, para ello, es importante seguir las nuevas tendencias. Además, hay retos a los que se enfrenta el sector como son el impacto medioambiental o las exigencias de los consumidores en cuanto a bienestar animal.
En cuanto a la innovación tecnológica, o smart farming, en esta última década el sector está realizando una gran inversión para digitalizar y modernizar toda la cadena de producción, y prueba de ello son los proyectos que se están llevando a cabo desde el Clúster Español de Productores de Ganado Porcino i+Porc.
Estas innovaciones tecnológicas y la entrada de avances derivados, como el blockchain y la inteligencia artificial o los sensores, van a permitir una mejor monitorización del ganado porcino y de los parámetros ambientales en las granjas, así como una reducción en el impacto sobre el medio ambiente.
El sector porcino europeo es un referente internacional porque cuenta con la normativa más exigente para el ganado. Instalaciones modernas y las mejores condiciones higiénicas, alimentarias y de confortabilidad, todo ello rigurosamente establecido por ley.
En España, la normativa de bienestar animal porcino está recogida en el Real Decreto 159/2023, de 7 de marzo, por el que se establecen disposiciones para la aplicación en España de la normativa de la Unión Europea sobre controles oficiales en materia de bienestar animal, y se modifican varios reales decretos.
Además de la legislación, existe la opción de ir un paso más allá con el certificado de bienestar animal porcino.
En España existen varias certificaciones, algunas de las más importantes son:
Unas certificaciones que, según datos publicados por El Economista en 2022, crecen a un ritmo anual del 80 % desde el 2019.
La principal Ley del medicamento veterinario es el Reglamento (UE) 2019/6 sobre medicamentos veterinarios y por el que se deroga la Directiva 2001/82/CE.
Uno de los puntos más relevantes son los antibióticos porque se establece que no se usen de forma rutinaria. Así, solo está permitido tratar a un animal o un número restringido de animales cuando el riesgo de infección es muy alto y, además, es probable que las consecuencias sean graves. En este caso, su uso está limitado en cantidad y duración.
Por otro lado, solo se puede emitir una receta de antimicrobianos después del diagnóstico de infección, cuando el riesgo de propagación de una infección sea alto y cuando no haya otras alternativas adecuadas disponibles.
En España tenemos el Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN). El PRAN es un plan estratégico y de acción cuyo objetivo es reducir el riesgo de selección y diseminación de resistencia a los antibióticos y, consecuentemente, reducir el impacto de este problema sobre la salud de las personas y los animales, preservando de manera sostenible la eficacia de los antibióticos existentes.
El periodo de vigencia del primer PRAN fue de cinco años (2014-2018). En septiembre del 2022 se publicó el nuevo PRAN 2022-2024, tras haber cerrado el PRAN (2019-2021), que continuará avanzando con las mismas seis líneas estratégicas. Entre ellas destaca la de identificar e impulsar medidas alternativas y/o complementarias de prevención y tratamiento que, en el área de sanidad animal, incluye la vacunación como una de las recomendaciones para la prevención y el control de las enfermedades en animales.
La resistencia a los antibióticos está aumentando en todo el mundo a niveles peligrosos. Día tras día, están apareciendo y propagándose en todo el planeta nuevos mecanismos de resistencia que ponen en peligro nuestra capacidad para tratar las enfermedades infecciosas comunes.
Un creciente número de infecciones son cada vez más difíciles —y a veces imposibles— de tratar, a medida que los antibióticos van perdiendo eficacia. Es por ello que, desde una perspectiva One Health, se hace imprescindible reducir el uso de antibióticos
Entre las medidas propuestas por la OMS para prevenir y controlar la resistencia a los antibióticos en el sector ganadero, destacan las siguientes:
Los cerdos que estén bien cuidados, alimentados y alojados adecuadamente experimentarán un mejor bienestar y serán menos propensos a contraer enfermedades que requieran tratamiento con antibióticos. Los antibióticos no deben reemplazar las buenas prácticas de cría de los animales, y medidas como la higiene y bioseguridad. Además, los cerdos que estén sanos también aumentarán su productividad y, por consiguiente, la rentabilidad de la granja.