15 agosto 2024
Primer paso: Diagnosticar los subtipos presentes de Influenza porcina en mis cerdos para escoger la vacuna correcta.
Entre los distintos subtipos y la variante pandémica del virus de la Influenza porcina en cerdos no existe una buena protección cruzada. Por este motivo es necesario realizar un buen diagnóstico.
Puntos clave del diagnóstico:
- Tomar muestras representativas, en animales con clínica compatible (tos, lagrimeo, moco, respiración abdominal, temperatura superior a 40ºC).
- El objetivo es definir exactamente el subtipo (H1N1, H1N2 y H3N2), y el tipo de hemaglutinina (H1av, H1hu, H1pan o H3).
- Conocer el subtipo y el tipo de H, permitirá definir la vacuna (o vacunas) que necesitaremos para establecer las medidas de control en cada caso.
El proceso respiratorio y febril causado por el virus de la Influenza porcina puede afectar a:
- las cerditas de reposición
- a las cerdas, causándoles incluso fallo reproductivo,
- a los lechones lactantes,
- o a los lechones en fase de crecimiento (transición y cebo).
El diagnóstico suele realizarse con hisopos nasales con medio específico para virus en animales con clínica compatible en cualquiera de las fases mencionadas anteriormente.
Es importante realizar un diagnóstico amplio y subtipar varios de los pooles positivos porque es habitual que distintas variantes del virus circulen al mismo tiempo dentro de la misma granja.
Como no hay una buena protección cruzada entre las 4 variantes de la Influenza porcina en cerdos, en ocasiones es necesario emplear una vacuna, o varias, en función de los resultados laboratoriales obtenidos.
Segundo paso: Establecer un plan vacunal correcto
Una vez tenemos el subtipo o subtipos definidos, la principal medida que se debe tomar para hacer frente a la Influenza porcina en cerdos es establecer un plan vacunal a medida.
- Vacunación de las cerdas
Habitualmente se empieza vacunando a las cerdas en sábana y revacunándolas 3 semanas más tarde. En este mismo momento pueden vacunarse todas las cerditas de la reposición. A partir de aquí las sábanas se mantienen cada 3-4 meses o se puede pasar a vacunar en ciclo, habitualmente a final de gestación (3 semanas preparto).
Vacuna en sábana: El objetivo es homogeneizar la inmunidad de la población de madres, con el fin de que excreten menos virus y, por tanto, contagien menos a sus lechones.
Además, les transfiere inmunidad maternal vía calostral que ayuda a que los lechones infectados expresen una sintomatología menos grave. La inmunidad maternal no evita la infección, por lo que habitualmente es posible continuar detectando el virus de la Influenza porcina, sobre todo en lechones en transición, pero la manifestación clínica de la enfermedad es menor.
Vacuna en ciclo: En ocasiones se apuesta por esta opción para conseguir un nivel de inmunidad maternal más homogéneo en todos los lotes de lechones. Teóricamente esta opción podría tener más sentido cuando los problemas están centrados principalmente en la fase de transición. Sin embargo, hay cierta controversia sobre si un plan vacunal en sábana es mejor, incluso cuando el problema clínico se centra en la fase de transición.
- Vacunación de la reposición
La reposición puede ser una fuente de entrada de nuevas variantes de virus en la granja. Sin embargo, el problema más habitual es que entren sin inmunidad frente a variantes que circulan en la granja de destino.
La vacunación en la fase de adaptación es una medida clave para reducir la inestabilidad que genera la entrada constante de reposición. Deberían aplicarse como mínimo 2 dosis separadas 3 semanas. La segunda dosis debería realizarse mínimo 3 semanas antes de la cubrición. Es importante que la vacuna proteja frente al subtipo o subtipos detectados en la granja.
Si se desea una protección más amplia durante toda la fase de recría, lo ideal es vacunar a las cerditas alrededor de las 10 y 13 semanas de vida, y una dosis de recuerdo 3 semanas antes de la cubrición.
- Vacunación de los lechones
Idealmente los lechones se deberían vacunar alrededor de las 10 semanas de vida y revacunarlos 3 semanas más tarde si deseamos aportarles protección durante la fase de crecimiento.
Tercer paso: Extremar las medidas de manejo, bioseguridad interna y externa
La vacunación no evita la infección de los animales, por lo que el virus de la Influenza porcina se mantiene dentro de la población. Los aerosoles, las personas, la ropa y equipo que emplean, diseminan el virus de la Influenza porcina en cerdos dentro de la granja e incluso fuera.
Todas las medidas de bioseguridad interna son interesantes ya que ayudan a prevenir la transmisión entre distintos animales de un mismo lote, entre distintos lotes y entre las distintas fases productivas. Algunas de estas medidas son:
- Pediluvios
- cambio de botas y ropa
- cambio de guantes
- manejo todo dentro – todo fuera estricto
- evitar retrasar lechones y mezclar edades
- reducir el traspaso de lechones en maternidad
- el manejo en bandas superiores a una semana
También es clave garantizar un correcto encalostramiento de los lechones para conseguir que la inmunidad transmitida de madre a lechón sea la mejor posible.
Extremar las medidas de bioseguridad externa, evitando el contacto sobre todo con animales de la especie aviar también es fundamental. En el caso de la especie humana, es importante que el personal de granja esté correctamente vacunado.