El corte del jamón ibérico: arte y placer

9 enero 2024

El instante exacto en el que decidimos adquirirlo para disfrutarlo nosotros o para regalar, comienza un viaje placentero cuyo hito crucial es el momento del corte del jamón ibérico.

Cortarlo correctamente puede marcar la diferencia entre comer un buen jamón y disfrutar plenamente de una experiencia gastronómica sin igual.

 

 

¿Por qué es tan importante el corte?

Hablamos de vivir una experiencia y con razón, porque cada jamón ibérico es como una obra de arte única cuyo disfrute debe ser máximo.

El corte que demos, tanto en grosor y forma, afecta al sabor, la textura, etc. Es decir, cómo lo vamos a recibir sensorialmente. Una loncha demasiado gruesa no va a contribuir demasiado a apreciar el sabor. Lo mismo ocurre con una loncha muy pequeña, por ejemplo.

Por otro lado, cortar un jamón ibérico correctamente nos va a permitir aprovechar bien toda la pieza, sin desperdiciar nada.

¿A máquina o a cuchillo?

Dependiendo de la opción elegida, el resultado será diferente:
  • Con el corte a máquina obtenemos lonchas rectangulares, homogéneas y perpendiculares al sentido de las fibras de la pieza. Esto da lugar a una pérdida de matices, lo que reduce la experiencia sensorial.
  • El corte a cuchillo se realiza respetando el sentido de las fibras musculares, de la veta y de la morfología general del jamón. Esto potencia las características del producto: aroma, textura, etc., favoreciendo todos los matices sensoriales. Cortar a cuchillo nos permite hacer lonchas “de bocado”, el tamaño perfecto para degustar una porción sin tener que trocearla.
La elección es importante a la hora de sacar partido a un jamón que ha sido curado con esmero, atención y cuidado.

Corte del jamón ibérico: elegir el mejor cuchillo

Todo arte tiene sus técnicas y también sus herramientas de ejecución.

Existen muchos tipos de cuchillos para el corte profesional, con características de hoja, dependiendo de: su longitud, flexibilidad, el ancho, etc. Y también de su filo: con alveolos o sin ellos. Los podemos encontrar diferentes también dependiendo de su acabado, si este es de punta redondeada o tradicional.

Optar por un tipo u otro de cuchillo es clave, pero también hay que tener en cuenta las características del jamón en cuestión: para un jamón con mayor curación lo recomendable es que tenga una hoja más estrecha que el que utilizamos en el caso de una pieza con menor curación.

El corte en casa

Si no somos profesionales, lo más seguro es que no tengamos una gran variedad de cuchillos para elegir en nuestra cocina. Entonces, ¿cuál es el mejor cuchillo por el que optar en casa para el corte de nuestro jamón ibérico?

Los expertos recomiendan que nuestra herramienta jamonera de cabecera sea un cuchillo con una hoja no muy estrecha, que tenga alvéolos y que termine en punta redondeada.   

Arte y placer, pero con seguridad

La seguridad no está reñida con el ritual del corte de nuestro jamón ibérico. Es más, tenemos que ser precavidos, máxime si no somos cortadores habituales.

Para ello pondremos atención en que el cuchillo tenga un mango de material antideslizante y ergonómico. Lo ideal es que se adapte a nuestra mano.
 
El jamón deberá permanecer estable en su jamonero durante el corte, para evitar movimientos que deriven en algún accidente.

Iremos cortando con suavidad, sin ejercer fuerza. Para eso es fundamental que el cuchillo esté bien afilado. Aunque pueda parecer contradictorio, un cuchillo bien afilado es más seguro que uno mal afilado. Es una cuestión de suavidad y facilidad de corte sin tropiezos.

Así mismo, la posición de nuestras manos también es muy importante. Lo fundamental es que la mano que no sujeta el cuchillo la pongamos siempre fuera de la trayectoria que va a seguir el corte. 

Disfrute y conservación

Llega el momento de gozar de esas lonchas finas, pequeñas, brillantes y aromáticas. Lo ideal es que las degustemos a temperatura ambiente (entre 20 y 25 °C) para que derrochen su mejor sabor.

Después de cortar lo más recomendable es cubrir la superficie del corte con los trozos de grasa sobrante del propio jamón.  De esta forma evitaremos que la zona se reseque expuesta al aire.

Para conservar nuestra pieza para la siguiente ocasión, guardaremos el jamón en un lugar fresco y seco. Lo protegeremos de luces directas y de posibles insectos.

Y, por último, si lo que queremos es guardar un plato de lonchas (¡será difícil que sobren!) lo haremos de forma similar a las condiciones ambientales (un lugar fresco, seco y a salvo de la luz directa). Evitaremos cubrirlas o envolverlas con papel de plata, porque impide que el jamón se airee y se facilita la aparición de moho. La opción más acertada es hacerlo con papel parafinado o un paño de algodón.

El jamón ibérico, además de ser un producto asociado al placer gastronómico, es un alimento que aporta muchos beneficios a nuestra salud por ser rico en vitaminas B1, B6, B12, ácido fólico y proteínas.

Un gran y saludable placer del que estar orgullosos. 


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