Luis Sanjoaquin
La industria porcina se enfrenta en la actualidad a múltiples retos, siendo uno de los más notables, la mortalidad de los animales en las diferentes fases de producción.
Dentro del incremento de la mortalidad, y debido al imparable aumento del número de partos totales por camada como consecuencia de los enormes avances genéticos producidos en este campo en los últimos años, nos encontramos con la necesidad de trabajar lo más eficientemente posible en diferentes aspectos con el objetivo y exigencia de obtener la mayor cantidad y calidad posible de lechones.
Siempre se habla de cantidad como valor de referencia, pero pocas veces se habla de calidad, siendo este un aspecto clave y fundamental en el desarrollo de los lechones desde el destete hasta las siguientes fases de desarrollo (transición y cebo). Un lechón de alta calidad (en edad y peso) reducirá tanto los porcentajes de mortalidad (lo cual es fundamental) como el uso de antibióticos y tratamientos utilizados en lechones, aumentando el bienestar de los lechones en la siguiente fase.
El objetivo de este artículo es destacar los aspectos clave para lograr este objetivo; algunos se mencionarán muy brevemente y otros factores se explicarán con mayor profundidad. Sin embargo, todos ellos son de gran importancia, ya que en pocos casos las soluciones se producen corrigiendo un solo factor y en la mayoría de los casos es una suma de pequeñas mejoras la que consigue los mayores avances.