5 diciembre 2024
Salmonella, agente etiológico
Hay dos serovares de Salmonella que afectan al porcino, Choleraesuis y Typhimurium, y ambos pueden afectar a los humanos, es decir, tienen potencial zoonótico.
La salmonelosis porcina causada por S. Typhimurium es la forma más frecuente y puede ser subclínica o clínica, caracterizada por una elevada morbilidad, pero baja mortalidad y síntomas como presencia de diarrea acuosa amarillenta, inapetencia, letargo, o fiebre.
La salmonelosis porcina causada por S. Choleraesuis presenta baja morbilidad, pero alta mortalidad y los animales afectados pueden presentar inapetencia, letargo, fiebre, problemas respiratorios, diarreas y extremidades y abdomen cianóticos.
La vacunación, nuevo pilar de control y prevención
Solo hay una vacuna autorizada en España para la inmunización frente a la salmonelosis porcina.
La vacunación contribuye a:
- Reducir de forma sustancial el uso de antibióticos
- Disminuir la prevalencia de la bacteria en la granja
- Reducir las infecciones subclínicas
En cerdas, se administra por vía subcutánea para reducir la excreción de la cepa natural de Salmonella Typhimurium durante la lactación.
En lechones, se administra por vía oral para la inmunización activa de los lechones lactantes y destetados con el fin de reducir la colonización bacteriana, así como los signos clínicos de la infección por Salmonella Typhimurium.
Estrategias de vacunación: lechones, cerdas, o lechones y cerdas
Hay diferentes estrategias de vacunación para prevenir la salmonelosis porcina dependiendo de los objetivos que persigamos:
- Vacunación de lechones: para reducir la expresión clínica de los lechones. Su vacunación permite:
- Reducir la colonización e invasión de órganos internos (ganglios mesentéricos).
- Reducir excreción
- Reducir síntomas clínicos
- Vacunación de reproductoras: experiencias previas muestran que su puesta en práctica permite una reducción significativa de la prevalencia de Salmonella Typhimurium y de su variante monofásica en la base de la pirámide de producción ya que permite reducir la excreción en situaciones de estrés y durante la lactación, lo que ayuda a reducir la infección por parte de los lechones.
- Vacunación de cerdas y lechones: La vacunación de las cerdas y los lechones previene o impide la transmisión vertical y horizontal de Salmonella Typhimurium. En las granjas en las que la exposición a Salmonella spp. es muy elevada, puede ser necesaria la vacunación de las cerdas y los lechones que conforman la base de la pirámide de producción. Sería la estrategia a seguir para reducir la presión de infección y reducir los positivos a Salmonella en el matadero.
¿Qué ocurre con las cerdas de reposición?
Es importante cerciorarse de que las cerdas de reposición no estén excretando la bacteria en el momento de su llegada a la granja.
En condiciones de estrés (p. ej., reagrupamiento, parto), las portadoras excretan la bacteria en cantidades mayores y la presión de infección aumenta con rapidez.
Eficacia de la vacunación
En un estudio en granjas reproductoras se describió una prevalencia significativamente menor de Salmonella spp. tras la vacunación, con cifras que descendieron del 45% al 6% en las muestras individuales y del 91% al 7% en las mezcladas (Davies y cols., 2016).
Otro estudio demostró que la vacunación frente a Salmonella Typhimurium reporta beneficios económicos al ganadero gracias al descenso de la mortalidad y la mejora de la ganancia media diaria (GMD).
Ensayos realizados por la Universidad de Gante mostraron que los lechones vacunados de tres granjas ganaron 30-39 g más por día entre la semana 3 y 29 que los controles sin vacunar (De Ridder y cols., 2014).
Estrategia a largo plazo
El control de la salmonelosis porcina exige una estrategia a largo plazo. Las recaídas momentáneas son posibles, sobre todo en las granjas con varias secciones y movimientos de personal y animales que entrañan cierta complejidad.
Antes de implementar medidas de control frente a Salmonella spp., es importante realizar un análisis minucioso en todas las fases de la producción para detectar la posible presencia del patógeno.
Es importante valorar el éxito de las medidas adoptadas, y el personal debe estar al corriente y conocer las medidas a tomar, siendo esencial supervisar periódicamente la situación (mínimo, cada 6 meses) y ajustar las estrategias si es necesario.
Se debe analizar el estatus de la granja reproductora por lo menos una vez al año tomando muestras ambientales en todas las fases de producción. Así, se dispondrá de información sobre la carga ambiental, lo que permitirá actuar de inmediato ante resultados sospechosos.
Salmonella spp. es capaz de sobrevivir en casi cualquier superficie y su transmisión a la cadena alimentaria supone un problema de salud pública y las cepas multirresistentes entrañan un riesgo sanitario para el ser humano.
La vacunación, por sí sola, no es suficiente para erradicar la infección por Salmonella spp. de las explotaciones porcinas, pero puede ser clave para reducir la prevalencia y controlar los signos clínicos.