Todos los episodios importantes de la vida de un lechón son fuente de estrés. Los ganaderos porcinos suelen centrarse en el originado por el transporte y el destete, siendo este último objeto de estudio. Sin embargo, no se debe pasar por alto lo experimentado en el útero, durante el parto y antes del destete.
En las últimas décadas, se ha hecho hincapié en el fenómeno del estrés intrauterino por calor a causa de los efectos duraderos que acarrea sobre la ingesta de energía y el crecimiento (Maskal et al., 2020). Por otro lado, la mortalidad perinatal provoca pérdidas considerables al sector, sobre todo debido al aplastamiento de lechones por parte de la madre, aunque el estrés también desempeña un papel destacable. Por último, el estrés en la sala de maternidad durante las primeras semanas de vida conlleva un menor peso predestete, un factor pronóstico importante del futuro rendimiento.
En este artículo, analizamos el estrés porcino en la sala de maternidad y cómo puede minimizarse.