La salmonelosis porcina supone un problema creciente ya que se transmite con rapidez a través de las pirámides reproductoras debido al gran número de casos subclínicos.
Un estudio de 2008 reveló que más del 50% del total de granjas reproductoras eran positivas a Salmonella spp. (EFSA, 2009).
En el anterior artículo, que puedes consultar aquí, tratábamos sobre el diagnóstico y las claves para el control y prevención de la salmonelosis porcina.
Destacábamos la importancia de un buen diagnóstico, y como las modernas técnicas de diagnóstico permiten discriminar entre las cepas campo y las vacunales, lo que es importante a la hora de poner en práctica el programa de vacunación.
Para el control y prevención de la salmonelosis porcina hay 3 pilares básicos: higiene, bioseguridad y vacunación.
En este artículo nos vamos a centrar en el tercero de esos pilares, la vacunación.